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COMUNICÓLOCA

  • Belén Gestoso
  • 29 oct 2014
  • 9 Min. de lectura

Su sentido del humor y su pasión por la comunicación se hacen visibles ante la mirada de sus colegas y alumnos. Obsesiva de la tecnología y de las citas bibliográficas, Corina Verminetti disfruta de su trabajo y cree que para enseñar “se piensa mejor cuando se juega”.

Si el día tuviera más de 24 horas, seguiría estudiando y no le alcanzaría el tiempo.

Licenciada en Relaciones Públicas, especialista en comunicación. Dicta clases en la Universidad de Lomas de Zamora, profesora de Práctica de TV y coordinadora académica de Instituciones Adscriptas al ISER (Instituto de Enseñanza Radiofónico).

El que conoce a Corina sabe que no puede dejar de verla sin sus anteojos de sol puestos en su cabeza, es algo que la caracteriza.

Sentadas en dos sillones como al estilo “diván” comenzamos hablar. Ella es muy activa y se notaba cansada, quería saber qué es lo que hace en su tiempo libre fuera de lo profesional, o si tiene tiempo libre, a lo que me contestó con mucho humor:

— ¿Me dejas llamar a un terapeuta? La vez pasada hablábamos… si uno “no” tiene una vida o uno “elige” como vivirla también. Uno en la vida no logra tener todo; nunca, nadie. Entonces ahí el secreto es ¿Qué tengo ahora? ¿Qué puedo hacer ahora? y ¡si esto me da felicidad, es una buena vida también! Que eso no quiere decir que uno no debería hacer otras cuestiones y eso es algo que yo también me planteo. El que me dé mucho placer estudiar o el que me dé mucho placer trabajar, hace que gran parte de mi vida se la dedique a eso.

Sin hijos, pero con sobrinos a los cuales disfruta mucho y con una familia compuesta por sus padres, sus hermanas Flavia y Florencia, piensa que “la naturaleza es sabia” porque no está preparada para tener hijos.

—Sí lo haría con amor; pero hay que llevarlo.

Gran parte de su aspecto emocional esta contenido por sus familiares y amigos. No los contactos de Facebook, donde también tiene “amigos”, se refiere a la gente con la cual uno se puede vulnerar, sabiendo que va a encontrar conexión en ese otro.

–Tiene que ver con gente que te conoce, con gente que por sobre todo, te quiere… eso está bueno y así también creo que esos son mis grandes momentos, cuando se oxigena la cabeza, porque en la cabeza también está el corazón, el sentir. No como el corazón como órgano que bombea sangre sino el sentir, entonces cuando yo digo se oxigena la cabeza, digo de sentires y de pareceres, de todo. Yo ventilo bastante todo, mi cabeza en el encuentro con los afectos, que ¡claro! que también podría ser más, pero creo también, en instancias de trabajo momentos de alta afectividad, mas allá de la efectividad que uno busca como profesional.

Cree que en los espacios de trabajo uno puede encontrar afectos que pueden ser parte de su vida y que al mismo tiempo llenan; esa “vida” de horas de trabajo es la que eligió por placer y son “instancias de su felicidad”.

La docencia no la planificó. Su “viejo” docente en electrónica fue el que siempre le decía que tenía que dedicarse a la enseñanza, pero ella no lo pensaba como su futuro. Sin embargo, descubrió que es un mundo maravilloso donde podía explorar su propio estilo: lo lúdico y el humor.

–Cuando se siente placer, cuando uno está feliz, es como que le cuesta menos el aprendizaje o aprende más rápido, al menos para definirlo desde lo positivo, entonces a mí me parece, generar el espacio lúdico.

En el ISER la materia de televisión es una materia práctica pero también teórica. Lo que busca es siempre ir un poco más allá de la bajada de contenidos y carga teórica del seminario con un “salto de efecto” que tiene que ver con lo emocional, el juego y el chiste.

–Creo que la solemnidad es algo que no ayuda demasiado cuando el otro necesita generar un espacio, distención de placer y de confianza con el docente. A mí me funciona yo no digo que este bien. Los docentes que me han hecho divertir y gozar mucho una materia y que se han permitido mostrarse humanos, que han traído cosas de sus vidas al escenario, anécdotas que me permitieron ver que detrás de todo docente hay un humano (Susurrando) ¡Esta buenísimo! ¡Qué no entraron al aula a resolver cuestiones que todos tenemos para llevar al diván, y yo más!.

A la vez dicta “Entrenamiento en competencias comunicacionales” junto a su amigo y colega Lalo Morino en distintas provincias. Lalo es locutor y actualmente, es profesor de oratoria en el ISER, además de ejercer diversas actividades profesionales. En eso son similares tiempo es lo que les falta. Dan seminarios, charlas en ámbitos privados y gubernamentales, dictan clases en la escuela de posgrados en el colegio de abogados.

Se conocen hace cuatro o cinco años e inmediatamente comenzaron a “laburar” juntos.

–Yo descubrí que con Lalo pude usar el mismo recurso que usaba sola. Para Lalo, Corina es una “buena mina" capaz, talentosa, te contiene y tiene una profunda emotividad que está vinculada a un intelecto fabuloso en sí mismo.

– En un buen día, si la agarras que es parte del desenvolvimiento vital que ella tiene es todo 360 grados que va todo al palo, hay que contener eso porque si no es ¡¡¡Uy esto salió mal, no ves esta todo mal, todo mal!!! Y se va al carajo. Esa misma inteligencia movida por una animosidad ya sea porque puede estar cansada, puede estar ansiosa, puede sentirse increpada por el otro, enseguida esa cabeza pica una emotividad intensa con un intelecto muy desarrollado.

Pueden dar clases juntos sin ningún problema y sin estar de acuerdo: "Si bien estamos en el mismo territorio simbólico que es la comunicación y las ciencias sociales, el antecedente mío desde la antropología, el teatro tiene un poco más de la experiencia que por otro lado es excluyente. Cori en esta cuestión expositiva incorpora más y eso yo lo respeto mucho y hasta me saco el sombrero porque me parece que refuerza ideales desde la educación pública, hasta el sujeto curricular a quien le estamos hablando" indicó Lalo. Su expectativa es ir siempre por el 10 y asume ese rol de “obse”, en el sentido de la responsabilidad, lo sufre y hasta le genera angustia porque se exige demasiado.

En las clases sus alumnos escuchan atentamente sus anécdotas y conocimientos, se mueve sobre el “escenario” con mucha facilidad como un show de "stand up académico". Los estudiantes de Locución de tercer año del ISER, reflexionan que corina da herramientas para la construcción de proyectos, que va más allá de la tele porque la conoce desde adentro y notan que como docente realmente quiere su profesión.

Esa emocionalidad en la comunicación que ella transmite donde no pierde vista al otro, se hace perceptiva en sus alumnos: "Lo más importante es que corina quiere a los jóvenes, no los denigra y los trata como pares", aunque a veces se pierde el eje de la clase con la capacidad discursiva de ese “stand up” que incluye anécdotas de más.

—A la hora de dictar TV, yo llevo la técnica. Los saberes del campo teórico los tengo, los autores los cito pero para mí lo más rico son los desaciertos, los errores que tuve en la vida y las veces que me dijeron que no, me parece que es mi capital más grande para transmitir, porque cuando las cosas te salen bien de entrada no aprendes nada. El humor para mi es indispensable a la hora de generar un proceso de aprendizaje. Y la primera que se divierte soy yo ¡Si me aburro no puedo, no puedo! Se me hace larga la clase. Aparte siempre me toco dar clases los viernes a la noche ¡Cuando nadie quiere escuchar al docente! Entonces yo digo esto para mí es un doble desafío, doble humor tiene que ser. Y Lalo va por el mismo lugar, Lalo no está bien como yo así en general, nos divertimos mucho porque coincidimos. Y trabajar con Morino acentuó esa creencia que yo tenía de lo que era el aprendizaje porque ¡Morino es inimputable! .

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La palabra comunicólocos es una fusión de la palabra “comunicólogo” y “loco” el nombre los describe. Un proyecto en común que aspira a la divulgación de la comunicación por fuera de la academia, incorporan un formato con distintas narrativas para comunicarlo y reproducirlo en diversas plataformas.

– Nosotros somos comunicadores que “desvarían”. Lo empezamos a imponer y a

llamarnos de esa manera porque Lalo quería hacer las tarjetas también, pero en realidad ahora como que nos dicen ¡Ahí están los comunicólocos! Porque asocian las fotos nuestras a la palabra. A nosotros nos enorgullece que nos digan comunicólocos, está buenísimo porque a vos en la facultad te dan la credencial que te habilita como profesional, después como vos te describís como profesional en comunicación, eso es responsabilidad tuya, que a mí me digan comunicóloca no siento que me estén cuestionando un saber enciclopédico, creo que tiene que ver con la gramática que nosotros elegimos para comunicar ese saber enciclopédico.

Juguemos a crecer

Una anécdota que cuenta siempre a sus alumnos es “Juguemos a crecer” un programa infantil en el que junto a su hermana Flavia y con la ayuda de toda la familia se convirtió en un programa “multipremiado”.

Todo comenzó cuando tenían su empresa de animaciones infantiles en salones de fiesta. Buscaban diferenciarse del resto elegían no disfrazarse y trabajaban con chicos de un rango de edad de 8 a 12 años.

– La gente no tenía computadora en su casa. Que mi viejo nos diera un tablero con luces ¿Sabes lo que era eso? Era la play 5 de ahora. Un día decidimos que el arte nos llamaba y que si nosotros después de tanto animar ¿Por qué no podíamos hacer tv? En una animación un padre nos dijo, “ustedes tendrían que hacer tv”. ¡¡Chauu!! Dijimos nosotras, ¡Este tipo es un iluminado! Y cuando a nuestros padres les planteamos esta cuestión nos dijeron: es un camino difícil el que están eligiendo pero si es el sueño de ustedes que no sea una deuda pendiente, nosotros los vamos a acompañar, los vamos apoyar.

El apoyo de la familia es fundamental para que una idea o un proyecto se haga realidad. A pesar de los obstáculos, fue importante el sostén de sus padres porque generó en “las hijas Verminetti” una autoconfianza plena.

Su “viejo” les hacía los juegos electrónicos y a su mamá la ponían hacer los vestuarios del programa, era toda una empresa familiar.

–Y así fuimos y empezamos en el garaje chiquitito sin acústica, sin micrófono, sin cámara, era muy difícil no teníamos mucho requerimiento. Acustizábamos con una fábrica de almohadas que, ¿Viste cuando las almohadas son así como caladas? Entonces la recortaban para que el calado y la parte de arriba quedara como descarte. Eso pegado con el cemento de contacto, lo hacíamos nosotros. Y en ese garaje, hicimos nuestro primer piloto y ahí fuimos a buscar… no voy a decir el nombre, pero la verdad se portó muy bien con los años. Un tipo muy conocido en el medio, se lo llevamos a un gerente de programación y le llevamos el video que era en VHS y lo puso en la video casetera de su oficina, lo empujo y tenía todo como un sonido circular… ¡Y empieza la presentación! Con mi hermana súper orgullosas, justo estábamos viendo el piloto para ver que horario queríamos ¡Como si nos dieran el horario central en el canal! ¡¡Naaa!! Diez minutos de presentación y con el control remoto saca el casete y nosotras con mi hermana nos miramos, pero ¡si vamos dos minutos son 56! el tipo nos mira y dice:

—¿Qué es esto?

—Es un piloto… es el programa cero, es un piloto, llámese “piloto”

— ¿Y ese ruido que se escucha de colectivo?

—Nos miramos y dijimos: lo que pasa que nosotras grabamos en un lugar que esta sobre una avenida, somos de zona sur, Avenida Alsina y ahí pasan los colectivos. Cuando escuchábamos en casa se ve que con el sonido que usted tiene acá se nota, pero allá no lo escuchábamos ¡Es impresionante como se escucha acá! son los colectivos

—¿Y ustedes donde graban?

—Nosotros grabamos en un garaje acustizado

—Y si tienen un garaje ¿Por qué no guardan un auto en vez de hacer TV?

—De entrar ni hablar ¿no? Mi hermana me dice: —cori ¡Que pelo…este tipo no entendió nada! y ¡ahora vamos a ir a otro lado y este tipo se lo pierde!

—Fue buenísimo a ver dicho eso, además porque teníamos viejos que nos ayudaron a construir estima, eso tiene mucho que ver ¡Vos vales! A lo mejor hay que mejorarlo, pero esta bueno, puede estar mejor ¡¡Si puede estar mejor!! Pero vos lo hiciste y eso está bueno.

Pero no bajaron los brazos. Fueron a otro lugar en donde los agarró un “tipo más copado” y dijo: "Hay que mejorar el sonido, hay que mejorar la iluminación, los contenidos pero ¿Por qué no empezamos? Yo les doy aire". Así comenzaron y el programa fue creciendo hasta llegar a tres Martín Fierros, un santa clara de asís, 32 premios, pero nunca salieron del garaje, ese fue el motor del proyecto.

—Ganar un Martín Fierro tiende una onda expansiva impresionante, tiene más prensa porque son los periodistas de espectáculos los que manejan APSTRA entonces obviamente hacen que el efecto expansivo a la repercusión del medio sea mayor.

El día que ganaron el primer Martín Fierro el señor que les había negado salir al aire las llamó: "Corina , llamo para felicitar y para pedir disculpas por aquella conversación. No pude ver donde ustedes querían llegar y pudieron llegar".

—Que en realidad no sé si es ¡¡Ahhh!! ¡No cambio la historia de la humanidad! Él estaba hablando cuanto uno no ve, del deseo del otro y cuan errado puede estar en su juicio y cuanto se le puede cag… la vida al otro. Uno se puede ir pensando yo no sirvo para esto. Y a mí me parece que eso es lo más importante para trabajar.

Esa insistencia que pone en cada una de sus clases de “hagan con lo que tengan” para que sus alumnos sigan adelante, se basa en la experiencia y en el esfuerzo que tuvo que realizar para llegar a su meta.

¡Muchas Gracias Corina Verminetti por contar tu historia de vida!

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